Si acaso tu risa fuera dulce y amarga a la vez…
Dulce como tu color… amarga como tu mirada, ese sería tu
sabor perfecto.
Chocolate del suspiro que tengo cuando te pienso, inerte,
detenida… esperándome… que el principio sea desconocido y el final siempre sea
en mi boca.
Raúl J. Alvarenga
No hay comentarios:
Publicar un comentario